45 años después

Posted: domingo, 24 de mayo de 2009 by Angel Larrea Robertson in Etiquetas: , , , ,
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Dicen que no existen tragedias pequeñas o grandes, que simplemente son tragedias, pero esta, ha sido la más grande en un estadio peruano. Domingo 24 de mayo, no se hablaba de otra cosa que no fuera del partido entre Perú y Argentina por la clasificación a los olímpicos de Tokio 1964. Perú podía ir a las olimpiadas de darse el triunfo frente a los gauchos. La selección nacional alineaba con un equipo netamente juvenil en donde los más conocidos eran Chumpitaz, La Rosa, Casaretto y Sánchez. El estadio ese día estaría repleto, la gente un par de días antes del cotejo había comprado sus entradas las cuales se habían agotado casi instantáneamente, los restaurantes estaban repletos, los bares sacando las mejores ganancias del año en venta de cervezas, todas las estaciones radiales preparadas para narrar lo que seria una verdadera fiesta en la nación.

‘Kilo’ Lobatón conseguía el tanto del empate ante Argentina, el grito de gol se escuchaba en todo el Perú. Fue entonces cuando Ángel Pazos de nacionalidad uruguaya decidió anular el tanto peruano. ¿No era gol? La gente emprendió su furia, muchos pensaban que le habían regalado el partido a los albicelestes. Lo que se tenía planificado celebrar el día domingo después del partido de Perú quedaría atrás, esas fiestas minutos más tarde se convertirían en lágrimas y dolor. Cuando ‘El Negro Bomba’ descendió de la popular Sur para trepar el alambrado que dividía el campo de juego y la cancha, la gente inmediatamente comenzó a aplaudir la valentía de este hombre pero nadie imaginaria que ese acto seria el detonante para la tragedia. Uno de cada cien espectadores perdería la vida minutos más tarde. La algarabía se convirtió en furia y la furia, en violencia...

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Al comandante Jorge de Azambuja no le asustaba ni la muerte, desde los dieciséis años había sido preparado para servir en la vida policial, había nacido para ser policía, había nacido para ser la autoridad. Su principal misión en los sesenta era despejar las calles cuando habían manifestaciones, registrar las guaridas de las personas de mal vivir, meter preso a los más indeseables por la sociedad. Conocía todo el mundo del hampa en Lima: ladrones, asesinos, violadores. Pertenecía al temido grupo de la Guardia Civil. Él, había seguido el ejemplo de su hermano mayor que para ese entonces era el coronel de la Policía de Investigaciones. Cuando empezaron los disturbios en el Estadio Nacional, con agudeza reconoció quien era el causante de todo esto: era ‘El Negro Bomba’. Su nombre para algunos es Germán Cuenca Arroyo, para otros es Víctor Melasio Vásquez, sea como se llamara, él sería uno de los factores detonantes en este hecho trágico. ‘Bomba’ nació en el famoso Barrios Altos pero viviría la mayoría de su vida en la Victoria, era de todo, un mil oficios se lo podría llamar, era a veces cobrador, a veces era albañil, otras veces guardián. También era un gran pleitista, un gran indisciplinado, ya había tenido la oportunidad de visitar la cárcel en otras ocasiones.

Bastó tan solo una mirada de Azambuja para que la policía entendiera lo que quería decir: “Atrápenlo como sea”. Ahora el control del estadio era del comandante. Mientras ‘Bomba’ corría a toda velocidad en búsqueda del árbitro para tomar justicia por sus propias manos, el público lo alentaba. La policía inmediatamente corrió atrás de este para evitar que agrediera al árbitro. ‘El Negro’ alcanzó a pronunciar una mentada de madre contra el árbitro y le propino unos manotazos. Un efectivo policial se abalanzó encima del 'Negro', pero debido al gran tamaño de este no lograría nada, seria así que policía tras policía se abalanzarían encima del agresor para detenerlo. Se necesitaron de ocho efectivos para lograr calmarlo. En el suelo, el ‘Negro Bomba’ recibiría una paliza que lo dejaría agonizando.

Los actos de violencia seguirían en el estadio, esta agresión contra ‘Bomba’ enfurecería mucho más al público. Todos gritaban enfurecidos, sacudían las mallas de alambre intentando removerla del piso. Fue cuando Azambuja comenzó a sentir preocupación, el temor se perfilaba en su rostro…

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Ese día, para custodiar el partido, tan solo habían cien efectivos policiales, nadie imaginaba que se necesitarían más para controlar a la hinchada. Uno tras uno los hinchas enardecidos por la decisión del árbitro querían hacer justicia con sus propias manos y fue así que decidieron saltar al campo de juego para vengar los golpes que le dieron a ‘Bomba’ y también para darle una paliza al árbitro. Al ver estos actos violentos, Azambuja ordenó que le trajeran refuerzos para contener los actos vandálicos y fue así que trajeron a los perros carniceros de la policía nacional. Los uniformados inmediatamente corrieron hacia las tribunas con los perros amenazando a los hinchas de soltar a los canes en caso estos siguieran protestando. Poco o nada les importó a los revoltosos que decidieron tirar los alambrados y correr hacia la cancha para buscar al árbitro que se retiraba calmadamente por la tribuna de occidente custodiado por gran número de policías.

La violencia comenzó a apoderarse del estadio, los hinchas con el transcurrir de los minutos se olvidarían del árbitro, del gol anulado, lo único que querían era venganza por lo que le habían hecho al ‘Negro Bomba’. Si había una cosa que no se perdonaba en el Perú, era agredir al que estaba caído. Tres, seis, diez espectadores comenzaron a saltar a la cancha del estadio nacional, en Norte los proyectiles llovían, Oriente poco a poco se venía abajo, Sur ardía debido a que los hinchas decidieron incendiar las tribunas en modo de protesta. Azambuja no sabía que los encargados de manejar el espectáculo se encontraban ausentes en ese momento y habían dejado las puertas cerradas; se dice que se fueron a ver una carrera de autos cerca del estadio, otros contaban que habían cerrado las puertas del estadio para evitar que entrara la famosa segundilla debido a que el estadio nacional se encontraba a su máximo de asistentes.

En los registros contables de la taquilla aparece que pusieron a la venta más de treinta mil entradas. La verdad, era que el estadio estaba repleto, se veía a la gente sentada en las escaleras, otras veían el partido de pie. Nadie imaginaba que ese día se quedarían encerrados. Nadie dentro del estadio logró presenciar la gran magnitud de la tragedia, lo único que se verían minutos más tarde serían cuerpos desvanecidos en las tribunas y en la cancha…

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"Mételes gas pues cojudo, van a saber lo que es autoridad, autoridad es la que manda” fueron las palabras que pondrían peor las cosas. Esa frase del comandante Azambuja bastó para que las fuerzas del orden sin piedad alguna, dispararan sus gases lacrimógenos contra las tribunas ocasionando nerviosismo colectivo entre los asistentes. En Lima, la policía estaba muy acostumbrada a tirar los gases a la población cada vez que alguien protestaba por cualquier cosa. La muchedumbre al ver el característico humo blanco de estos gases comenzó a huir despavoridamente del estadio, los gases quemaban la garganta, rajaban los labios, dañaban los pulmones. Los aficionados únicamente querían escapar del infierno en el que se iba convirtiendo el estadio, la gente saltaba encima de los asientos, forcejeaban con otros en las tribunas con tal de encontrar la tan ansiada salida.

Se calculaba que un estadio con capacidad aproximada para más de treinta mil personas demoraría en vaciarse entre unos diez a veinte minutos. Nadie lograría salir esa tarde, los que huyeron inmediatamente se estrellaron contra los portones de metal, pero las vías de escape cada vez se hacían más pequeñas debido a la gran cantidad de personas que pugnaban por escapar. Los hijos se separarían de sus padres, hermanos y amigos, algunos nunca más llegarían a verse. Los altavoces del estadio estaban apagados, pareciera que los encargados de perifonear lo que sucedía en el estadio habían escapado. Nadie tuvo la iniciativa de avisar a los que se encontraban fuera del estadio de la tragedia que se estaba desatando dentro. Nadie recordó que las puertas estaban cerradas. A nadie se le ocurrió pedir que no siguieran tirando más gases a la gente.

Los gritos que se lograban escuchar eran realmente espantosos, los llantos de los niños, las madres y los padres buscando sin cesar a sus hijos, sin saber que algunos estarían muertos. La policía poco a poco iba deteniendo a la turba, las salidas del estadio estaban abarrotadas de cadáveres, no quedaba sitio para que los pulmones pudieran respirar, no importaba a quien pisoteaban en su intento de salir, total, muchos de ellos no sentían el dolor. Uno tras otro trepaban para lograr escapar del infierno. La primera puerta que logró romperse fue la de Oriente, un atroz chasquido indicaba que se abriría, y sucedió así, al abrirse esta puerta, los cadáveres uno tras otro iban desplomándose en el gris cemento. Diez, veinte, treinta muertos iban cayendo sobre la vereda. Encima de ellos la caravana de sobrevivientes corría, algunos magullados, sangrando, otros con los ojos locos, algunos decidieron ir en busca de la persona que les faltaba y ver si todavía seguía con vida.

Cuando los gases lograron disiparse del estadio, el panorama de este era aterrador…

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Los cuerpos de los heridos y de los que habían perdido la vida estaban regados en las graderías, el ambiente era funesto. No se pensó que el hecho de arrojar gases lacrimógenos al público ocasionaría esta tragedia. La prensa local demoró en conocer los hechos reales, se hablaba de un gol anulado, de un hincha eufórico que había ingresado a la cancha para pegarle al árbitro, nadie adivinaba la magnitud de la tragedia.

“Informan que hay dos muertos en el estadio nacional”, fue el primer dato que llegó a las estaciones radiales. Poco a poco iba llegando más información. “Los muertos pasan de diez”. “Tal vez existan más de cincuenta”. ¿Qué estaba pasando? Nadie contestaba los teléfonos del estadio.

Los enfrentamientos continuaron en las afueras del estadio, los ahora vándalos se enfrentaban a los guardias. Se dice que inclusive fuera del estadio hubo más muertos pero sus cuerpos serían escondidos, desaparecidos. El ejército también se empalmó a la guardia civil para detener la turba, poco o nada se pudo hacer, eran miles de almas furiosas. El sonido de las balas comenzaba a escucharse a medida que pasaban las horas. En cada esquina uno podía encontrar muertos, detenidos, niños perdidos, autos volteados y quemados, negocios saqueados, lunas rotas, era tierra de nadie.

Nadie conocía la cifra oficial de los muertos, se hablaba de tal vez cien, doscientos. Trescientos veinticuatro muertos, cifra oficial. Poco a poco iban llegando los cadáveres a la morgue central, estaba al límite de capacidad así que tuvieron que acomodar los demás cuerpos en el patio central. En las calles, estallaba el dolor entero de una familia. Padres que no entendían porque sus hijos habían fallecido, hijos desesperados buscando a sus padres en la gran pila de cuerpos ya sin vida. Algunos eran irreconocibles pues tenían la cara totalmente desfigurada, el cráneo roto, o simplemente, no tenían figura humana. Los cuerpos que llegaban a ser identificados eran separados de los otros para el reconocimiento de sus familiares. Los demás simplemente seguirían ahí hasta que alguien fuera por ellos. Los militares y voluntarios, esa noche repartieron cadáveres a domicilio.


Ángel Pazos ante tantos hechos de violencia, le daría el triunfo a Argentina, que clasificaría automáticamente a los olímpicos de Tokio. Perú, meses más tarde jugaría un partido de repechaje contra Brasil para ver quien era el acreedor al último boleto a las olimpiadas. El 7 de Junio perdimos por 4 a 0.

Lo ocurrido en Lima conmovió al mundo entero, desde el Vaticano, pasando por la FIFA, hasta el más recóndito lugar del mundo. El gobierno peruano decretó siete días de duelo nacional. El Estadio Nacional debió clausurarse por varias semanas, para reparar los grandes destrozos causados en sus diversas instalaciones. El ‘Negro Bomba’ jamás imagino que un acto compulsivo, generaría terrible tragedia. Sus épocas de proxeneta y delincuente acabarían en la cárcel.

Nunca más, desde aquel incidente, se vuelven a cerrar las puertas de un estadio. A veces las mejores lecciones vienen luego de las tragedias.




Entrevista a Victor `Chino´ Rivera

Posted: martes, 30 de septiembre de 2008 by Angel Larrea Robertson in Etiquetas: , , , , ,
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Víctor `Chino´ Rivera fue técnico de Municipal en el año 2004, ese año Muni fue Sub-campeón de la Copa Perú, y la gente del Muni recuerda con mucho cariño a ese inolvidable equipo. Actualmente esta considerado entre los mejores técnicos en el Perú y esta a cargo de la conducción del equipo de la Universidad San Martín de Porres, ya sabe lo que es ser campeón nacional pero no se conforma con un solo título.

La historia del profesor Rivera arranca desde el año 1993, un desconocido – hasta ese entonces- asistente técnico de la selección Sub. 17. Trabajaría con menores hasta el año ‘97, luego se le daría la gran oportunidad de ser el asistente técnico del Deportivo Municipal que aún participaba en la primera división.

“En el Muni pase momentos muy duros, entrenando en el parque zonal, cambiando de cancha, con limitaciones; pero el fútbol es hermoso eso hacía que el grupo se comprometa más y sea fuerte. He trabajo en diferentes situaciones, en escuelas de fútbol, en ligas amateurs, en segunda, pero me gustó haber pasado por cosas difíciles, por carencias.”

RIVERA EN LA ACTUALIDAD

El popular `Chino´ Rivera aceptó ponerse el buzo del equipo santo la temporada pasada, no contaba con mucha experiencia siendo director técnico –anteriormente había ya trabajado como asistente- pero acepto el gran reto que tuvo por delante y obtuvo rápidamente el respeto de todos y mejor aún, el tan ansiado título nacional. Rivera siempre se sintió preparado y sabia lo que podía lograr si es que se le presentaba la posibilidad de dirigir en primera.

“Si sentía que podía porque me había preparado mucho tiempo, no es la primera vez que estoy en un equipo, ya había trabajado en primera seis años siendo asistente del Municipal y de Alianza, ese era el camino indudable para llegar a ser técnico. Yo sabía que no podía ser técnico inmediatamente, sabía que tenía que absorber experiencia con otros técnicos y luego eso volcarlo al equipo. Yo soñaba con dirigir en primera, lo que esperaba era la oportunidad, nadie me la daba, ya habían pasado 19 años y ya sentía frustración.”

El director técnico no oculta la inmensa alegría que siente trabajando en esta institución, una de las más serias del país, una inmensa sonrisa se dibuja en su rostro al hablar de su equipo, siente que esta trabajando en la institución perfecta, con el plantel perfecto que le ha brindado tantas alegrías en poco tiempo de trabajo. Víctor Rivera ya tiene dos años trabajando en el equipo de la San Martín, en su primer año logró ser campeón del torneo apertura y luego obtendría el título nacional. El `Chino´ fiel a su estilo no se siente campeón aún, no le gusta adelantar los resultados ya que algo puede pasar mal.

“Nunca me ha gusto adelantarme a nada y lo único importante es que la San Martín viene haciendo un buen trabajo, eso esta claro, dos años manteniendo al equipo en los primeros puestos, creo que eso es digna de resaltar aunque nadie lo destaque, son muy pocos los técnicos que logran en dos campañas mantenerse en los primeros lugares. Sabemos a lo que jugamos y me siento orgulloso de poder llevar al plantel de una manera correcta.”

No le gusta prometer cosas en el fútbol. Siente que eso es alardear.

"En el fútbol prometer es demagogia, en el fútbol hay que trabajar y estar callados. Hay que demostrar en el campo de juego, estoy súper emocionado con la San Martín, cada mañana que me levanto me siento contento de venir a trabajar acá, lo único que puedo prometer es que me voy a entregar a un 100% para que San Martín pelee los primeros puestos."

LA BLANQUIRROJA

Considerado por muchos el mejor técnico a nivel nacional en la actualidad, se voceaba el nombre de Rivera para hacerse cargo de la selección, por cosas del destino esos rumores se irían desvaneciendo. El `Chino´ no cree que sea el momento para pensar en selección ya que primero desea poner su nombre en lo más alto con la San Martín.

“Yo pienso consolidarme lógicamente con un buen rendimiento en la primera división, sabiendo manejar los grupos humanos y obteniendo cosas, hasta el momento nos ha ido muy bien. Estoy seguro que en algún momento aparecerá esa gran oportunidad de ser tomando en cuenta, solo espero que la situación me encuentre en mi mejor momento.”

El `Chino´ tuvo la oportunidad de trabajar con las categorías menores de la selección municipal y ahora siente que si se da el llamado a la selección estaría más preparado para asumir esa gran responsabilidad.

"Siendo campeón nacional y habiendo hecho una copa Libertadores bastante aceptable, sí creo que estoy preparado, pero a mi no me gusta hablar sobre supuestos, cuando llegue mi momento espero estar bien preparado."

AMOR POR LA FRANJA

"Tengo al Deportivo Municipal en mi corazón, en mi piel, en mis venas, es el equipo de mis amores"

Se declara hincha a muerte del Deportivo Municipal, el club que le abrió las puertas para que se forme como director técnico, en el año 2004 tuvo la posibilidad de poder ascender con el equipo a la primera profesional pero el destino no lo quiso así. Lamenta la situación del equipo al cual sigue aunque esta seguro que algún día este volverá a subir a la profesional.

"Lamentable el equipo ya viene arrastrando problemas desde hace muchos años y no se logra recomponer, una pena, un equipo lindo, hasta ahora se me pone la piel de gallina cuando pienso en eso."

Pese a todos los problemas que agobian al Muni, Víctor Rivera recuerda como si fuera ayer lo lindo que fue dirigir a ese equipo.

"En el 2004 dirigí Municipal solo, ya la gente se ha olvidado cuando en 43 partidos jugamos la final con Sport Ancash, perdimos la posibilidad del ascenso, un equipo carente en el aspecto económico pero hicimos una gran campaña, le ganamos a equipos muy fuertes y si bien es cierto no es el mismo hicimos un gran trabajo. Una pena por Municipal, pero estoy seguro que pronto va a entrar gente importante que va a entrar al club y apoyará al equipo, el Muni no puede desaparecer, es la alegría del fútbol."

Sudáfrica 2010

Posted: lunes, 8 de septiembre de 2008 by Angel Larrea Robertson in Etiquetas: , , , , , , ,
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Se cerró la fecha 7 de las eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010, aquí unos cuantos datos del resto de partidos jugados en esta jornada.

Volvió la magia.- En una semana con tantas críticas hacía el equipo brasileño, el scratch derrotó sin pasar apuros a un rival Chileno que cometió el error de querer jugarle de igual a igual a Brasil, esta bien que el cuadro brasileño no haya obtenido los resultados que esperaba en los juegos olímpicos y en las eliminatorias, pero no en vano es el pentacampeón mundial. Brasil vengó la humillación que recibió en las eliminatorias de Corea - Japón 2002 y goleó por el mismo marcador de esa vez a los mapochinos, 3 a 0.

Sí, son tercos.- Paraguay sigue sin perder en Argentina desde ya más de 35 años, para ser mas exactos desde el año 1974 y empató 1 a 1 con los albicelestes. Argentina se mostró como un equipo nervioso, lleno de figuras que tal vez fue lo que jugó en contra de ellos pero pese a esos problemas fue uno de los partidos más intensos de esta fecha. No se si será suerte, pero al menos Argentina vendrá debilitada para enfrentarnos el miercóles que vienen sin Abbondanzieri, Tévez y Mascherano.

Yo también se ganar.- Uruguay después de cinco años logró imponer un resultado positivo (ganar) como visitante. Derrotó al único equipo que hasta esa fecha no había perdido como local, Colombia. Los charruas se impusieron por el mínimo, resultado que los catapulto al 4to puesto de estas eliminatorias.

Tengo más altura.- Ecuador sigué ganando como local y esta vez se impusó sin pasar muchos apuros por 3 -1 a un cuadro Boliviano que no mostró muchos argumentos para imponerse sobre el país norteño.

Hasta esta fecha se han marcado un total de 95 goles, de los cuales el que más veces ha anotado es Uruguay con 16 tantos y el más batido Perú, con 15 goles recibidos.

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